martes, 20 de enero de 2015

El modelo de la familia narcisista (intruducción)


El Modelo de la Familia Narcisista
Stephanie Donaldson-Pressman, Robert M. Pressman
Narciso y Eco. El Sistema Narcisista Original
El Modelo de la Familia Narcisista - Capítulo I
La Familia Narcisista - Diagnóstico y Tratamiento
Editorial: Jossey-Bass

Comenzaré a publicar una serie de notas referidas a SOBREVIVIENTES DE FAMILIAS NARCISISTAS, y los MODELOS Y MODOS DE FUNCIONAR DE ESTAS FAMILIAS NARCISISTAS, como para ir conociendo un poco más sobre esta problemática que es mucho mas asidua de lo que nos podamos imaginar, haciendo estragos en la gran cantidad de víctimas que producen.

Narciso y Eco
El Sistema Narcisista Original

El personaje mitológico de Narciso ha personificado el concepto del amor al ser destructivo. Hay, sin embargo, otro personaje en la leyenda, al cual generalmente olvidamos: Eco. Y es, de la relación entre estos dos personajes, que podemos derivar el nombre de “la familia narcisista” para nuestro modelo.

En la leyenda, Eco ha perdido toda la capacidad de formar sus propias palabras y sólo puede repetir lo que pronuncian los demás. Cuando se enamora de Narciso, lo sigue con la esperanza de que algún día el vaya a pronunciar palabras de amor que ella pueda entonces repetirle. Cuando él se dice a sí mismo “te amo” a su propio reflejo, Eco es capaz por fin de decírselo a él también. Pero, Narciso está tan obsesionado consigo mismo, que es incapaz de oírla.


La historia, por supuesto culmina con el fallecimiento de ambos personajes. Narciso muere de pena frente a su reflejo; su amor y su absorción por su reflejo en el agua hacen que termine falleciendo. Eco, incapaz de lograr captar el amor y la atención de Narciso, cae en lo que pareciera ser un estado de depresión vegetativa, faltándole la voluntad de comer y beber, por lo que también muere.

La historia de Narciso y Eco es la historia del amor propio y descarta la capacidad para ver, escuchar y reaccionar a las necesidades de los demás. Sin extendernos demasiado demuestra una alegoría impresionante de las relaciones interactivas de una familia narcisista.

Narciso represente al sistema parental, el cual, por cualquier razón (stress laboral, alcoholismo, abuso de drogas, enfermedad mental, discapacidad física, falta de capacidad simplemente para ser padres), se ocupa principalmente de satisfacer sus propias necesidades. Eco es el niño tratando de ganar la atención y la aprobación, convirtiéndose en un reflejo reactivo de las necesidades de sus padres, por lo tanto, sin desarrollar nunca su capacidad para encontrar su propia “voz” – es decir, para reconocer sus propios deseos y necesidades, y para desarrollar estrategias para satisfacerlos. Dentro del sistema de la familia narcisista, el locus para satisfacer necesidades emocionales está invertido: mientras que, en una familia saludable, los padres intentan proveer de todo para satisfacer las necesidades emocionales de los niños; en una familia narcisista, se convierte en la responsabilidad de los niños el satisfacer las necesidades emocionales de los padres.



El Modelo Parental Invertido

Cuando el niño crece, la identidad de los padres se involucra cada vez más con el desarrollo del pequeño. Simultáneamente, a medida que las necesidades del niño se vuelven más complejas y mejor articuladas, tal vez comience a infringir más visiblemente el sistema parental. Un niño irritante que reclama atención en un momento inoportuno puede, después de todo, ser colocado en su cuna a puerta cerrada. Un niño iracundo y lloroso de nueve años es algo totalmente diferente.

Es a medida que se imponen las necesidades psicológicas del niño en la vida de la familia, cuando verdaderamente se desarrolla la familia narcisista. El sistema parental es incapaz de adaptarse para cubrir las necesidades del niño, y el niño, para poder sobrevivir, debe ser quien se adapte. El proceso de inversión comienza: la responsabilidad de cubrir las necesidades gradualmente cambia de los padres al niño. Mientras que en la infancia los padres fueron los que cubrieron las necesidades del niño, ahora el niño es quien intenta más y más cubrir las necesidades del los padres, ya que de esta manera puede obtener atención, aceptación y aprobación.

En la infancia, el desarrollo normal del bebé es a menudo gratificante para los padres, por lo que a su vez gratifican al bebé. Por ejemplo, las sonrisas del bebé (¡con o sin gases!) representan habitualmente una fuente de placer para los padres y son recibidas con excitación, atención y cariño. El comer, gatear, moverse, hacer ruidos e intentar vocalizar son gratificantes y gratificados a cambio. Las necesidades de los padres y del niño están en sintonía; por tanto, no hay problema.

El desarrollo normal del pequeño, sin embargo, tal vez represente una amenaza para los padres. La exploración del niño requiere vigilancia y paciencia; sus gritos de “¡No!” y “¡Mío!” pueden ser exasperantes y desconcertantes. Las preguntas y llamadas de atención de un preescolar son invasivas y consumen tiempo. Más aún, las necesidades de los niños – especialmente las emocionales – se incrementan en la misma proporción que su docilidad disminuye. Conforme va desarrollándose un niño normal, la necesidad de complacerse a si y a sus amigos se incrementa mientras que la necesidad de complacer a sus padres disminuye.

Una familia sana no cambiaría el concepto básico de responsabilidad parental, por mucho que este hecho natural moleste; la tarea de los padres es satisfacer las necesidades del crío, no al revés. En una familia narcisista, por el contrario, al incrementarse la necesidad de diferenciación y satisfacción de necesidades emocionales del pequeño como consecuencia de un desarrollo normal, la creencia parental es que el pequeño está obstaculizándolos, volviéndose más egoísta y demás. Los padres, sintiéndose amenazados, se reafirman en su posición esperando que un niño más árido cubra mejor sus necesidades. En algún punto entre la infancia y la adolescencia, los padres pierden el enfoque (si es que alguna vez lo tuvieron) y dejan de ver al niño como un ser independiente, con sentimientos y necesidades que cubrir y validar.

En su lugar, el niño se vuelve una extensión de los padres. El crecimiento emocional normal es visto como egoísta o deficiente, y esto es lo que los padres reflejan al hijo. Para que el niño logre aprobación, necesita satisfacer la necesidad expresada o sugerida de los padres; la aprobación está condicionada por la satisfacción de las necesidades del sistema parental por el niño.

Fuente: http://apoyosicologico.blogspot.mx/2011/01/el-modelo-de-la-familia-narcisista.html

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