miércoles, 21 de enero de 2015

El modelo de la familia narcisista (IV)

Aceptación: La Clave de la Recuperación

Stephanie Donaldson-Pressman, Robert M. Pressman
Terapia con adultos que se criaron en familias narcisistas - capítulo 2
La Familia Narcisista - Diagnóstico y Tratamiento
Editorial: Jossey-Bass

Hay un número de conceptos que deben ser dominados por personas criadas en familias narcisistas durante el transcurso de la recuperación. Dentro de este modelo, como verá, ninguno es tan importante como la aceptación.

La aceptación no significa resignación, o que las cosas están bien como están, o que uno debe necesariamente dejar las cosas a un “poder superior”(1). Bajo este modelo, significa reconocimiento y aceptación de la realidad: de cómo fueron las cosas en realidad con nuestra familia de origen y de qué
efectos tuvo esa experiencia en nuestro desarrollo. Significa que de niños no eramos responsables de lo que nos pasaba, y que de adultos ahora somos responsables de nuestra propia recuperación.

Como anotamos anteriormente, a pesar de haber sido moldeados por la experiencia con nuestra familia
de origen, ya no tenemos que ser definidos por ella. La mayoría de los pacientes están muy preocupados por tener que “culpar” a sus padres por el déficit parental que mostraron. Temen reconocer que están enojados con ellos, y también porque culparlos parece demasiado fácil – como una forma de manejar la situación que eventualmente regresará para atormentarlos, y los dejará sintiéndose
más defectuosos que ahora.

De manera contraria, sin embargo, estos individuos están más que dispuestos a culparse a si mismos por cada cosa – por relaciones fallidas, por su falta de éxito laboral, por su indecisión, por la falta de coordinación de sus hijos, por que el pastel no salió bien, etcétera. El concepto que la culpa, en cualquiera de sus formas, tal vez sea irrelevante es regularmente difícil de comprender por los sobrevivientes. (“Si me desligo de esta culpa, quiere decir que no tengo que depositarla en alguien más?” preguntó una vez un paciente)

Oro Fundido

Ejemplificarles a los pacientes que la culpa no tiene que estar involucrada en el proceso de aceptación es a menudo muy útil. Un ejemplo que usamos frecuentemente es aquel del oro fundido: puede ser vertido para moldear un brazalete o para moldear un orinal de cama. El oro no tiene que tomar la decisión; no es la “culpa” del oro si fue moldeado para ser un orinal en vez de un brazalete.

Es del mismo modo con los niños en una familia narcisista. Independientemente del intento, correcto o incorrecto, los niños fueron moldeados de cierta manera. Para poder entenderse y amarse, es importante poder ver la realidad de cómo fue uno moldeado. Durante la infancia, uno es oro fundido. El potencial para la belleza y el bien está ahí; tal vez sea reforzado mientras uno se desarrolla o tal vez disminuido.

En la realidad el orinal de cama puede ser fundido de nuevo, y ese mismo oro fundido puede reformarse en un brazalete creando una bella obra de arte.

De manera similar con la terapia: el adulto que ahora tiene el control que no tuvo durante la infancia, puede escoger ver la realidad del pasado, librarse de la auto-culpa, y tomar responsabilidad por reformar el presente. La aceptación no asigna culpa o requiere perdón – simplemente reconoce la realidad y deposita el potencial y la responsabilidad de un cambio sano en el sobreviviente.

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