
Hay personas que poseen una serie de rasgos de personalidad que son dignos de estudio, o por lo menos de una detenida observación, me refiero a los que entre sus rasgos psicológicos encontramos el maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía (también conocida como la triada oscura de la personalidad), tres rasgos que se harán notar en las relaciones interpersonales de estos sujetos tanto en sus relaciones sociales, laborales y de pareja. Son personalidades socialmente aversivas no patológicas.
La personalidad maquiavélica es un síndrome compuesto de varias dimensiones que coinciden con los rasgos de personalidad que Niccolo Maquiavelo decía que había que poseer para tener éxito. Podemos definir al sujeto maquiavélico como “el que valora a los otros impersonal y amoralmente en términos de la utilidad que pueda extraer de ellos para sus propios fines” (Christie y Geis, 1970 p.1). Estudios sugieren que las personas maquiavélicas se definen por comportamientos para asegurarse objetivos de compensación tales como el éxito personal en contra de las metas comunes, así como por tratar de ser un amigo deseable (Jones y Paulhus, 2009). Tienen escasas normas éticas, el éxito es su fin y para conseguirlo hará lo que sea necesario. Para el maquiavélico, el fin justifica los medios, independientemente del sufrimiento que ello pueda provocar. La psicología ha tomado el adjetivo “maquiavélico” para aplicarlo a aquellas personas cuya visión del mundo refleja esta actitud según la cual “todo vale”. Para Christie estos manipuladores con éxito se caracterizarían por una falta de afecto en las relaciones interpersonales, falta de preocupación por los demás, ausencia de psicopatología importante y bajo compromiso ideológico.
La característica esencial del narcisista es un patrón general de grandiosidad, exhibicionismo, necesidad de admiración y falta de empatía, son egoístas y tienen una auto-imagen muy positiva aunque poco realista. Las personas narcisistas suelen rodearse de otros individuos que consideran inferiores. En la vida adulta, el narcisista tiene una autoestima muy vulnerable ya que no tolera las críticas y se siente ultrajado ante los comentarios negativos sobre su persona. Poco proclives a la intimidad emocional, son muy competitivos, cínicos y desconfiados y no dudan en manipular a las personas que les rodean, glorificándose a sí mismos en detrimento de los demás. Suelen considerarse personas amables.
De todos los miembros de la tríada oscura, los narcisistas son los más ufanos de sí mismos, todo ello convenientemente aderezado de una dosis necesaria de autoengaño. Son muy egoístas y se atribuyen el mérito de los éxitos, sin asumir jamás la culpa de los fracasos. Se sienten merecedores de la gloria y no tienen problema alguno en usurpar alegremente el mérito del trabajo ajeno.
Una característica esencial de los psicópatas es que presentan un déficit afectivo, “el psicópata se sabe la letra, pero no la música” (Johns y Quay, 1962, p.217) sus marcas de identidad son el engaño y el temerario desprecio hacia los demás, aunque su rasgo más definitorio de la psicopatía sea la ausencia de empatía. Son personas locuaces, con encanto superficial, manipuladores, inteligentes, falsos, entre otras características.
Según Garrido: “El psicópata no ha perdido el contacto con la realidad. Sin embargo el mundo afectivo nunca ha llegado a integrarse en su razonamiento, lo que ha producido tres consecuencias muy graves. En primer lugar ha crecido sin desarrollar la capacidad de preocuparse de los demás. En segundo lugar, su falta extrema de empatía le hace el agente ideal de los actos más crueles y despiadados. En tercer lugar le falla el actuar prudente, con sentido”, este último aspecto a menudo será uno de los primeros indicios que encontremos en las actuaciones del psicópata, nos va a sorprender la falta de lógica de algunas de sus decisiones. “Así, el pensamiento de los psicópatas se rige por la máxima de satisfacer las necesidades personales, generalmente las de control y poder. Y en la consecución de estos fines, es muy habitual que diga y haga cosas que nos parezcan absurdas y gratuitas. Estas cosas pueden ser tanto actos criminales como abandonar un trabajo y pasar una semana intoxicado por el alcohol, o bien quitar el dinero a la única persona que le apoya, y despilfarrar una cuantiosa herencia en un año”.
La Tríope se caracteriza por bajos niveles de conciencia y al menos dos de sus componentes – el narcisismo y la psicopatía- se relacionan con altos índices de impulsividad y asunción de riesgos (Vazare y Funder, 2006). Estos tres tipos de personalidad suponen un perfil oscuro, interpersonalmente destructivo, con tendencias hacia la grandiosidad, la insensibilidad emocional, la manipulación y la dominación.
Para Goleman (2006), quienes carecen de la capacidad de establecer contacto con los demás caen típicamente dentro del ámbito del narcisismo, el maquiavelismo y la psicopatía. Estos tres tipos de personalidades “oscuras” comparten, en distinta medida, rasgos a veces muy ocultos y tan poco atractivos como el rencor, la hipocresía, el egocentrismo, la agresividad y la insensibilidad. Aunque por otra parte los psicópatas y los maquiavélicos suelen tener una alta autoestima y a menudo son encantadores y divertidos, y también pueden ser impulsivos y astutos. Los narcisistas son grandiosos y tienen alta autoestima, y también suelen estar intelectualmente dotados. De estos tres componentes de la tríada podemos deducir un rasgo común que es la falta o ausencia de empatía. El tríope tiene tres objetivos claros: su especial interés por la dominación, el control y el poder.
La tríope, en general ha sido estudiada en diversos contextos y dentro de la población general normal. Entre otros aspectos, se ha hallado que estos perfiles de personalidad no tienen definidos o concretados género, ni edad, ni clase social, ni cultura. Se trata de tres tipos de personalidades psico-emocionalmente “tóxicas” que no constituyen un diagnóstico psicopatológico, son perfiles de personalidad que parecen en personas de la población normal y general. La variedad “subclínica” de este tipo de personalidades “resulta mucho más habitual que la clínica y/o la jurídico-forense y vive entre nosotros, y podemos encontrarlos en las oficinas, las escuelas, los bares y en cualquier recodo de la vida cotidiana” (Goleman, 2006, p. 164)
Asistimos a una sociedad que cada vez glorifica más idealiza a los semidioses de la fama y la vanidad, donde se ensalzan las motivaciones egoicas, esto puede estar promoviendo, de forma inadvertida o involuntaria el florecimiento de este tipo de personalidades, hasta el punto de estar generando lo que algunos autores han denominado como “una sociedad psicopática” (Sánchez 1986).
Tras las investigaciones realizadas en el contexto de las relaciones amorosas o de pareja se ha constatado la nocividad y toxicidad psicológica, emocional y socialmente generadas a sus víctimas, el tipo principal de maltrato que suelen perpetrar estos tres tipos de personalidad es la violencia de carácter psicológico, rara vez emplean la violencia física para conseguir sus fines, aunque pueden utilizarla cuando su artimañas psico-emocionales no dan resultado (Hare, 1993; Pozuelo, 2010).
El maltrato psicológico es uno de los comportamientos agresivos más frecuente en las relaciones de noviazgo entre los jóvenes, los celos románticos, actos de críticas constantes, actos de aislamiento y dominación, agresión verbal, son conductas relevantes y pueden preceder a la violencia física. El maltrato económico es otra forma de controlar a la víctima. La relación entre la tríope y las relaciones íntimas de pareja, se a observado que los rasgos psicopáticos están asociados con dificultades de relación y ruptura, con infidelidad, con relaciones sexuales casuales y a corto plazo, con violencia doméstica y con actos de agresión sexual, “la ausencia de remordimiento, la ausencia de empatía y la insensibilidad son contraproducentes para el estatus, el enriquecimiento y el éxito de las relaciones íntimas” (Ullrich, Farrington y Coid, 2008, p. 1169).
Por otra parte el maquiavelismo y las relaciones íntimas, según estudios realizados, se asocia con promiscuidad, con actitudes sexuales hostiles y con diversas tácticas sexuales egoístas y engañosas, como puede ser la estafa, la divulgación de secretos sexuales íntimos, el fingir amor, la inducción a la intoxicación para obtener y asegurarse sexo y una aprobación del uso de la fuerza sexual (McHoskey, 2001; Jonason, Li, Wesbster y Schmitt, 2009).
La psicopatía está representada por un estilo impersonal hostil que incluye formas sutiles de humillación, represalias e interacciones extremas proyectadas para inspirar miedo en los demás, con el maquiavelismo se observa dominación. Es la psicopatía subclínica el componente más peligrosos y nocivo o tóxico de la TRÍOPE en las relaciones de pareja, “las relaciones íntimas de los psicópatas parecen ser un ambiente peligroso para sus parejas, lleno de desapego, desconfianza y abuso” (Williams et al., 2005 pp. 5-6)
Los individuos que puntúan alto en la triada oscura tienen más parejas sexuales y un estilo de emparejamiento menos restringido, pueden ser propensos a abandonar las relaciones intimas para iniciar relaciones con compañeros/as nuevos. El desagrado, la hipocresía (jugar a dos bandas) y la agresividad enlazan con los rasgos de los tres componentes de la tríope. Como les gusta la novedad, suelen adoptar la estrategia de la caza furtiva de pareja.
Los sujetos con altas puntuaciones en tríope tienden a utilizar las diversas manifestaciones de maltrato y/o abuso psicológico como principales tácticas de retener a sus parejas, al mismo tiempo emplean su característico encanto superficial, locuacidad, habilidades manipulativas y demás rasgos para intentar tener relaciones aún teniendo parejas estables y también con objetivo de cazar furtivamente las parejas de otras personas. La violencia psicológica es el recurso más frecuente empleado en las relaciones íntimas por las parejas maltratadotas.
Fuente:http://nuevoblogkaheba.wordpress.com/2014/03/11/la-personalidad-triope/
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